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Cuidar de un Pomeranian es, ante todo, un compromiso de dedicación y cariño que comienza desde sus primeras semanas de vida. Estos pequeños perros de origen alemán destacan por su exuberante pelaje, su carácter vivaz y su gran inteligencia, pero también requieren una atención específica para mantenerse sanos y felices.
Cambio de pelaje y apariencia “desgarbada”
Los Pomeranian nacen con un pelaje suave y sedoso (manto de cachorro) que, alrededor de los 4–5 meses, empieza a mudarse.
Durante esta transición hacia el pelaje adulto, su aspecto puede verse “desgarbado” o deslucido: muestran mechones más largos en algunas zonas y calvas temporales en otras.
Para ayudarles: Cepilla cada dos días con un peine de púas finas para eliminar pelos sueltos y prevenir nudos.
Usa un cepillo de carda suave una o dos veces por semana para distribuir los aceites naturales de la piel.
Evita baños frecuentes; limita el baño a cada 4–6 semanas, utilizando champú específico para perros de pelaje largo.

Alimentación adecuada La nutrición es clave para el desarrollo
óptimo de un Pomeranian, especialmente en sus primeros meses: Ofrece un alimento balanceado de alta calidad, formulado para razas pequeñas y cachorros hasta que cumplan un año. Divide la ración diaria en 3–4 tomas durante los primeros seis meses, para evitar hipoglucemias y favorecer la digestión. A partir del año, ajusta a 2 tomas diarias, controlando las calorías para prevenir el sobrepeso. Asegúrate de que siempre tenga agua fresca y limpia a su alcance. Cuidado de los cachorros Vacunación y desparasitación: sigue el calendario veterinario nacional para protegerlo contra enfermedades comunes. Socialización temprana: expón al cachorro a distintos entornos, personas y ruidos suaves para evitar miedos futuros. Entrenamiento básico: inicia con órdenes como “sit”, “ven” y el uso de la caja o lugar asignado, empleando refuerzos positivos y golosinas especiales para razas pequeñas.
Ejercicio y estimulación mental Aunque son perros pequeños, necesitan salidas diarias de 20–30 minutos y juegos que estimulen su inteligencia: rompecabezas de premios o búsquedas de juguetes en el hogar.
Esperanza de vida y salud general
Un Pomeranian bien cuidado puede vivir entre 12 y 16 años. Presta atención a señales como cojera, pérdida de apetito o cambios en el pelaje. Las visitas semestrales al veterinario permitirán detectar precozmente problemas dentales, cardíacos o de tiroides, comunes en la raza. Con paciencia, constancia y mucho amor, tu Pomeranian crecerá fuerte, con un manto brillante y un carácter lleno de energía. ¡Bienvenido a la gran familia canófila!

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